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Búsqueda de la Santidad

Busqueda de la santidad

OBJETIVO: exaltar los valores de la vida religiosa y su fuerza santificadora.

PRINCIPIOS: Amor a Dios es la primera y más excelente forma de la caridad sobrenatural, hasta el punto de que valora y condiciona los otros dos aspectos del amor caritativo que, desvinculados del motivo formal de la caridad –la bondad divina en sí misma-, dejarían de pertenecer a ella para convertirse en simple filantropía.

FUNDAMENTOS DE LA CARIDAD FRATERNA:

  1. NATURAL: aunque de manera actual solo pertenecen al Cuerpo místico de Cristo los que han recibido el bautismo y cumplen determinadas condiciones, en potencia están llamados a incorporarse todos los seres humanos sin excepción. Por eso la caridad debe extenderse a todos los que en acto o potencia son del Cuerpo místico de Cristo, quedando excluidos los demonios y condenados en el Infierno.
  1. SOBRENATURALES:
    1. Gracia Bautismal: Todos los bautizados estamos íntimamente unidos entre sí y con nuestra Cabeza, Cristo. Hemos de sentirnos íntimamente solidarios unos de otros, sufriendo con los que sufren y alegrándonos con los que se alegran. La menor frialdad voluntaria, deliberadamente retenida, contra un hermano es un obstáculo para la unión con Cristo.
    2. Profesión religiosa: Incorpora a una nueva familia sobrenatural dentro del Cuerpo místico de Cristo, que vincula y une más estrechamente que el Bautismo.

PUNTOS CONCRETOS DE CARIDAD FRATERNA:

  1. Sentir interiormente una gran estima hacia todos: la caridad no puede subsistir con el orgullo, sino que se somete a los demás.
  2. Tratar a todos con respeto, franqueza y cordialidad: la caridad honra a los que estima con reglas de urbanidad (gracia en el rostro, benignidad en los labios, afabilidad en la mirada, dulzura, en las palabras…)
  3. Ser de igual sentir que el otro: con atención para no herir a los demás, huyendo de ser espíritu:
    • Susceptibles: que se ofenden por nada
    • Quisquillosos: que gozan contradiciendo
    • Independientes: que se erigen en árbitros supremos
    • Suspicaces: que rumian secretamente y consideran que todo se dirige a ellos
    • Descontentos: que hallan detestable todo lo que les manda la obediencia
    • Imperiosos: que pretenden imponer sus opiniones
    • Burlones: que no perdonan
  4. Acomodarse a los diferentes temperamentos: la caridad soporta los temperamentos más difíciles y extravagantes, aunque a veces sienta levantarse en el corazón pasiones en contra
  5. No negar ningún servicio razonable: la caridad hace todo lo que puede, cuando hace poco desea hacer mucho.
  6. Tomar parte en los goces y asociarse a las penas: la caridad hace todo común
  7. No irritarse por las injusticias del otro: es necesario perdonar y devolver bien por mal, jamás guardando en el corazón sentimiento alguno contra nadie.
  8. Pedir perdón cuando se ha ofendido, confesando humildemente la culpa
  9. Rodear de cuidados y agasajos a los enfermos, débiles, ancianos, huéspedes y recién llegados
  10. Orar mucho por los difuntos y más necesitados
  11. Interesarse vivamente por toda la congregación, sus trabajos, éxitos y reveses: no ignorar nada de cuanto atañe a todas las cosas de la congregación.

TENER EN CUENTA LA DIVERSIDAD DE TEMPERAMENTOS Y CARACTERES:

  1. Orgulloso: no piensa más que en sí mismo, todo lo hace redundar sobre sí y tiende siempre a elevarse y procurar su propio bienestar.
  2. Envidioso: sufre por el talento y los buenos éxitos ajenos, a los cuales procura rebajar de todos modos.
  3. Frívolo: que se detiene en la superficie de las cosas, fogoso en las cosas ridículas y frío en lo serio.
  4. Descuidado: no toma nada con interés, ni siquiera lo que mira a la gloria de Dios y a la prosperidad de la comunidad.
  5. Indiscreto: quiere saber el por qué y el cómo de las cosas, pregunta lo que no le atañe, habla sin ton ni son, y quiere oírlo todo.
  6. Susceptible: todo lo ve sombrío, todo lo interpreta mal, todo lo toma al revés.
  7. Tímido: se cree incapaz de todo y fracasa solo por el temor de fracasar.
  8. Sensible y delicado: tiene minucioso cuidado de su salud, quejándose a todo el mundo de las menores incomodidades y del más insignificante malestar.
  9. Hipocondríaco: soñador y sombrío, que por todas partes ve el mal, es insoportable a sí mismo y a los demás.
  10. Independiente: en todo y por todo quiere ser árbitro de su conducta, todo lo hace a su capricho y no soporta observación alguna.
  11. Original: tiene ideas y maneras de pensar, de hablar y de obrar opuestas a los demás.
  12. Violento e impaciente: no puede soportar contradicción ni espera, y se manifiesta con ademanes bruscos y desagradables.
  13. Reconcentrado: en todo y por todo anda con disimulos, y sigue siempre caminos raros.
  14. Inconstante: rápido cambia de conducta, de consejo, de dirección.
  15. Simpático: anda siempre a la búsqueda de algo a lo que pueda aficionarse sensiblemente, lo cual no remediado a tiempo puede ser causa de grandes males.
  16. Enredador: todo lo pone en duda, no deja la crítica de lo que se dice y sabe.
  17. Visionario: impulsado por la soberbia induce a andar por caminos extraordinarios, desdeñando lo que Dios quiere
  18. Perezoso: no sabe llevarse la contraria a sí mismo y todo lo hace con lentitud y desidia.